En un viaje dominguero con la familia, caí, una vez más , en un lugar de nuestra tierra fermosa.
(Monte Aloia) . Fuimos al recinto del Santuario de san Xulián do Monte e Virxe das Angustias.
De aquí mismo, por una cancilla, se sale fuera del muro del recinto hacia una escalera que va a dar a una fuente que mana un agua super frigidísima. Esta tiene tropecientos peldaños con sus descansillos. La tradición la habilitó para el rezo del rosario (cinco peldaños-cuentas y el descanso-misterios.
¡Zona esta de tristes recuerdos de mi adolescencia temprana!
Mi madre, que aún permanece en mi recuerdo, al llegar , lo primero que hacía era cogerme de la mano adolescente y con una voz imperativa me decía: Vamos rezar o rosario polas almiñas dos nosos difuntiños, e por ti, para que Dios che dea vocación. ¡ Sempre soñou co ter un fillo cura!
¡Veña, avemarías, veña padrenuestros, misterios gloriosos…etc.! Cansado y repetitivo
Le dije a Mamá : ¿ la Virgen no estará mosqueada de que siempre, una y otra vez le digas lo mismo?. Llegará un momento que te diga: ¡ vale, vale, que non son sorda !
Me tiraba de la mano, y me decía que rezara que la virgen te está viendo, y desde aquí, del monte, te ve mejor, que estamos a 600 m. de altura.
Yo lo que quería ver, eran unhas rapaciñas da miña parroquia, que por allí pululaban. ¡ E que Ribadelouro tenche boas mozas, como dí meu irmán !
Escaleiras do Monte Aloia
Por eso, contemplándolas viene a mi mente aquel recuerdo de la niñez. Y , parodiando a un amigo argentino: ¡ Con lo idílicas que sois vos, qué recuerdos medio-tristes me traés !
Andares primeiros da miña vida. Apesares de tantos rosarios que rezou miña nai, a Virxe non lle escoitou. No tuvo el hijo cura. Pero le dí yo,unas hijas y unas nietas maravillosas y ahora un biznieto, que al abuelo le cae la baba.
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