(Primera parte)
En el Valle del río Sousa, situado en el norte de Portugal, entre Guimaraes y Porto, se encuentra una serie de iglesias románicas, que sorprenden por su belleza arquitectónica.
Con Itinere Sapiens iniciamos un circuito, basándonos en la página web oficial, del Románico :https://www.visitportugal.com/es/destinos/porto-e-norte/73743
Visitamos las que nos parecieron las más emblemáticas, ¡ y vaya si lo eran !
En el país vecino, no solo encontramos el "typical, made in Portugal". Tiene miles de tesoros ocultos que hay que conocerlos y disfrutarlos.
Iniciamos el viaje, como siempre desde Tui. nos dirigimos por la A3 hasta la salida a Braga, la nº 8, que indica también la Guimaraes y allí, a la derecha, tomas la A11 y sigues...estás atento a una salida que pone Felgueiras. A pocos Km.llegas, sales, y ya te indica Ruta do Románico. Monasterio de Pombeiro.
Aqui, en esta zona contamos con dos.Uno en Sousa, fegresía de Torrados.( Os recomiendo, un aparatito que se llama GPS con el Maps.)
SAN VICENTE DE SOUSA
(según resúmenes de distintos autores)
Fundado para una función funeraria (1162), inscripción en un túmulo embutido. Y otra grabada, 1214, en el inicio de culto.
Señalamiento de los enterramientos medievales
La iglesia
Construida en una única nave rectangular, más tarde aumentada en el s.XVII y XVIII.
En la fachada principal se abre la portada románica adosada en una estructura pentagonal
saliente a la fachada para que el pórtico pueda ser más espacioso.
Tiene arquivoltas sobre columnas, con capiteles labrados con figuras fitoformes y geométricas.
En el tímpano una cruz de Malta.
Las fachadas laterales terminan el pequeños arcos apoyados en canecillos lisos. Igualmente en los muros laterales se abren unas portadas con arco y tímpano liso. Así mismo al muro sur tiene adosa una torre sinaleira, ( el sino, se le llama a la campana en portugués) campanario con espadaña.
Dejamos a San Vicente de Sousa , con esta fotografía de su actual cementerio, al mejor estilo de Silos.
Volviendo sobre nuestros pasos, llegamos al cruce de una carreterita,que nos indica a otro monumento de la Ruta del Románico.
A unos 5 km. está el más grande y fabuloso: el Monasterio de Pombeiro.
MONASTERIO DE SANTA MARIA DE POMBEIRO
En un lateral, se abre una portada con arco apuntalado.
Edificaciones entorno al monasterio. Esta del pasado presente.
Seguimos las indicaciones de la Ruta do Románico y muy cerca visitamos el monumento de esta zona del Sousa.
SAN SALVADOR DE PAÇOS DE SOUSA
Fachada principal de la iglesia del monasterio,del S, XII-XIII.
fundado por un ascendiente de Egas Moniz.
Fue desocupado en el XI. ( por los beneditinos) en el S.XIII, recuperado y restaurado con la ampliación.
se puede ver la ampliación se S. XIII
Las naves basilicales. Columnas y con capiteles
labrados y arcos fajones, ligeramente apuntados.
y bóbedas de cañón
En la ampliación, hoy la zona del presbiterio, se nota ya un estilo más sencillo. Lo mismo el retablo.
Sepulcro de Egas Moniz
En este monasterio, aquí mismo, está el sepulcro de unos de los personajes más influyentes de la historia de Portugal. Está nada mas y nada menos que el consejero y ayo del primer rey de Portugal, Alfonso I. Fue uno de los que aconsejaron a Alfonso Enriques, en sus reivindicaciones para alcanzar la independencia del condado portugalensis ante Alfonso VII el Emperador. El sarcófago esta esculpido con escenas de su viaje a la corte de León.
Las dos tapas del sarcófago, fue debido a que antes estaba en uno y fue traída su tapa, para añadir a este. Sus cenizas funerarias están en una caja de cobre en este mismo sarcófago.
claustro, que hoy ocupan dependencias parroquiales.
La torre "sinaleira" de las campanas y reloj.
Nos despedimos de este gran personaje histórico, que seguramente en más de una ocasión estuvo en Tui, y con certeza, el 4 de julio de 1137, presente en el Pacto con Alfonso VII, aconsejando a Alfonso Enriques, el que años más tarde, sería su rey.
Terminamos, aquí la visita, más interesante, a nuestro entender, de la Ruta del Románico del Sousa
1 comentario:
Hay que verlo. Mrece la pena. Gracias, Javier.
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